El nuevo poder de la gran pantalla: cine y capital científico

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¿Cómo llega la ciencia a formar parte de nuestro día a día? ¿Cómo llegamos a darnos cuenta de que la ciencia forma parte de nuestra vida? Es más, ¿cómo se consigue que tengamos interés en interaccionar con la ciencia? Existen algunos elementos de lo cotidiano, a los cuales se les puede sacar un potencial especial, elementos que pueden ayudar a acercar la ciencia a las personas e incluso a que éstas quieran involucrarse con la ciencia de una u otra forma. Especialmente las edades tempranas (juventud, adolescencia) son momentos clave en la vida de una persona para que se produzca este interés.

Figura 1. Interés científico en edades tempranas. Créditos de imagen: STEM Learning.

Estrategias útiles a la hora de acercar la ciencia al público hay muchas. Algunas de ellas se centran en el aspecto cultural o social. Ese es por ejemplo el caso del cine o la ciencia representada en pantalla. Utilizando la ciencia en pantalla como herramienta, se ha llevado a cabo la divulgación científica tanto para transmitir nuevos descubrimientos como incluso para concienciar sobre temas científicos relevantes, como por ejemplo el cambio climático , entre otros muchos fines. Así, el cine y la televisión han sido uno de estos factores tan importantes en acercar la ciencia al día a día de las personas ; aunque no son los únicos factores.

Estrategias útiles a la hora de acercar la ciencia al público hay muchas. Algunas de ellas se centran en el aspecto cultural o social. Ese es por ejemplo el caso del cine o la ciencia representada en pantalla. Utilizando la ciencia en pantalla como herramienta, se ha llevado a cabo la divulgación científica tanto para transmitir nuevos descubrimientos como incluso para concienciar sobre temas científicos relevantes, como por ejemplo el cambio climático , entre otros muchos fines.

Figura 2. Cultua científica en el cine. Carterla del film The Imitation Game. Créditos de imagen: IMDB.

Así, el cine y la televisión han sido uno de estos factores tan importantes en acercar la ciencia al día a día de las personas ; aunque no son los únicos factores. ¿Y qué se consigue con ello? Pues, entre otras cosas, generar lo que se conoce como capital científico. El capital científico es una teoría desarrollada por la doctora Louise Archer del King ‘s College en Londres,  que puede explicar patrones entre audiencias jóvenes (y no tan jóvenes) y su interés por la ciencia. Se podría definir como la suma de todos los conocimientos, actitudes, experiencias y recursos relacionados con la ciencia que un individuo acumula a lo largo de su vida. Esto incluye qué ciencia conocen, qué piensan sobre la ciencia, las personas que conocen que entienden la ciencia y el compromiso diario que tienen con la ciencia. El concepto de capital científico surge por tanto a partir de las teorías previas del sociólogo francés Pierre Bourdieu sobre cómo el entorno de un individuo, incluidos los aspectos económicos, sociales y culturales e históricos, tocan su mundo personal, llegando a influir en la toma de decisiones y en sus disposiciones internas para con el mundo. A partir de ello, surge el concepto de capital científico, es decir, una forma de capital social y cultural asociado a la ciencia y en el cual podríamos englobar al cine o la ciencia en pantalla. Este capital científico puede explicar las diferencias entre distintas personas en cuanto a distintos intereses por la ciencia. O lo que es lo mismo, mide en cierto modo el grado de interacción de una persona con la ciencia en general, a lo largo de su vida, y el “valor científico” que adquiere por ello. Según este valor, ayudaría a que el interés científico perdure en el tiempo, hasta el punto de que el individuo reconozca en sí mismo a alguien para quien la ciencia está ahí, es interesante o incluso a reconocerse como una persona con total capacidad para llevarla a cabo.

Figura 3. Capital científico. Créditos de imagen: ASE.

El tándem entre ciencia y cine constituye por tanto una poderosa herramienta para generar capital científico y divulgar al fin y al cabo. Pero, no hay que olvidar que es crucial encontrar un equilibrio entre ambos factores para llegar al público de manera efectiva y a la vez preservar la precisión del mensaje científico que se pretende mostrar en la pantalla. Por lo tanto, el poder de la ciencia en la pantalla puede influir en las actitudes hacia la ciencia del mundo real, generando incluso, por qué no, futuros científicos desde aquellos que han consumido y se han inspirado en la ficción basada en la ciencia.

Finalmente, las películas funcionan como uno de los contextos de ciencia más significativos culturalmente, sobre todo a través de la ciencia ficción. A través de ellas se pueden mostrar mensajes que “toquen” a la persona a través de su relación con aspectos vividos en lo personal. Por ello,  las películas tienen la capacidad de jugar un papel importante en cuanto a generar emociones. Las películas pueden manipular los sistemas emocionales de los espectadores y, por lo tanto, una película bien hecha puede establecer, mantener y cambiar el tono emocional del espectador a corto o incluso a largo plazo. Al mismo tiempo, el éxito de una película depende de las emociones de la audiencia y de la forma en que esa audiencia procesa esas emociones.

Figura 4. Cine, Ciencia y Emoción. Cartelera del film Lorenzo´s oil. Créditos de imagen: IMDB.

Por esta razón, entre los muchos factores que pueden enriquecer el capital científico de una persona, las experiencias de vida personales podrían jugar un papel crucial como un factor importante en el capital científico cuando se combinan con el cine o la ciencia en pantalla y, por lo tanto, hacer que esta combinación tenga un fuerte poder en cambios en el día a día respecto a la ciencia, o incluso, en la toma de decisiones a largo plazo, como por ejemplo, elegir carreras científicas.

Pero eso ya es otra historia.

Continuará…


Por Margarita Segovia Roldán, @marga_segovia. Posgraduada en Comunicación Científica, University West of England. Técnico DBE en Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS), Zaragoza.

Más información:

  1. Pierre Bourdieu.
  2. Louise Archer.
  3. Capital científico.
  4. Vídeo (inglés): Introducción al capital científico.

Artículos de interés:

House of Commons. «House of Commons Science and Technology Committee Science communication and engagement».

Bourdieu, Pierre; Wacquant, Loic J. D. (1992).

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