El libro Ciencia-me un cuento aviva la curiosidad científica de manera cercana y divertida de los más pequeños

  • Esta obra bilingüe, editada en inglés-español, es una recopilación única de los cuentos ganadores de las primeras ediciones del concurso de relatos científicos que lleva el mismo nombre.
  • Según han señalado los participantes en el acto de presentación del libro, los cuentos favorecen el desarrollo de las capacidades de observación, el razonamiento y el análisis desde edades tempranas.
  • Este libro, dirigido a familias y al entorno educativo, será para muchos niños su primer contacto con los cuentos y con la ciencia.
  • Para fomentar la cultura científica en la sociedad es clave introducir la ciencia desde las etapas iniciales de la educación.

Madrid, 11 de noviembre de 2021.- La Fundación Lilly y la Sociedad Española de Científicos en el Reino Unido (CERU) han presentado el libro Ciencia-me un cuento, una obra bilingüe, editada en inglés-español, que recopila los 20 cuentos ganadores de las primeras ediciones del concurso de relatos científicos que lleva el mismo nombre. Según señalan los impulsores de dicha iniciativa, esta recopilación de cuentos ilustrados pretende «avivar la curiosidad científica y enriquecer a sus lectores transmitiendo conocimientos científicos de manera cercana y divertida». 

«Los cuentos dejan huella, y es seguro que todos los niños se divertirán escuchando o leyendo los maravillosos cuentos que recoge este libro. Además, es muy probable que, gracias a estas historias, muchos de ellos empiecen a percatarse de que la ciencia está en todo lo que nos rodea. Lo cierto es que estos cuentos serán, para muchos niños, su primer contacto con la ciencia. En la Fundación Lilly, pensamos que el fomento de la cultura científica en la sociedad debe empezar desde las etapas iniciales de la educación, aunque sea un objetivo a largo plazo» afirma José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly.

Por su parte, Javier Burgos Mármol, presidente de CERU, destaca que «la iniciativa Ciencia-me un cuento ha conseguido aunar más participación de toda nuestra Sociedad, con cientos de autores y docenas de ilustradores participantes, los miembros del jurado y los propios organizadores voluntarios, además de la inestimable colaboración de la Fundación Lilly, principal colaboradora en esta iniciativa, así como del Instituto Cervantes, la Universidad de Liverpool y la revista Principia. Toda esta ilusión, esfuerzo y trabajo de divulgación se ven ahora recogidos en este libro que deseamos sirva para despertar vocaciones científicas en aulas y hogares de todo el mundo».

Educación científica desde la cuna

Ciencia-me un cuento, dirigido tanto a familias como al entorno educativo, responde a la necesidad de introducir la ciencia desde las etapas iniciales de la educación que, según han subrayado los participantes del acto de presentación del libro, puede llegar a fomentar, a largo plazo, la cultura científica en nuestra sociedad. «El uso del formato cuento es tremendamente efectivo a la hora de trasladar el conocimiento científico a los más pequeños. Al introducir a científicos y científicas reales en estas historias, creamos referentes en los que pueden fijarse. Sobre todo, el impacto podría ser mucho mayor en el caso de las niñas y su decisión para estudiar carreras científico-técnicas, donde su presencia es muy baja y la tasa de abandono altísima. La idea no es que todos los niños y niñas sean científicos y científicas, pero sí que sepan que es una posibilidad real, y eso se consigue creándoles referentes desde su infancia», señala Enrique Royuela, doctor en Microbiología, Fisiología y Genética, fundador de Principia y jurado en el concurso Ciencia-me un cuento 2018. El Dr. Royuela añade también que «la ciencia se ha convertido en una herramienta necesaria para fomentar el pensamiento crítico, ya que se acerca a los más pequeños a través de las evidencias, no de las opiniones».

Laura Ibáñez-Tejero, oceanógrafa en el Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) y autora del cuento Copep-mar y el globo verde, señala que los cuentos científicos son una herramienta didáctica fabulosa porque propician el interés de los niños y niñas en descifrar algo nuevo. «Estas lecturas estimulan el aprendizaje, la curiosidad y la asimilación de nuevos conceptos como son los científicos. Con estos textos, logramos que puedan entender la ciencia con mayor rapidez, lo que favorece el desarrollo de sus capacidades de observación, razonamiento y análisis desde edades tempranas, siendo una buena estrategia para despertar el interés por sus vocaciones científico-técnicas. Los cuentos invitan a investigar, ya que aumentan su curiosidad por explorar el mundo que les rodea».

Por su parte, Bárbara de Aymerich, profesora de Didáctica de la Ciencias en la Universidad de Burgos, directora de la escuela de pequeños científicos Espiciencia y autora del prólogo del libro, resalta que «lo más importante a la hora de comunicar ciencia a los niños se basa en distintos puntos. En primer lugar, la cercanía, poniéndonos así a su altura. Otro punto importante es no utilizar eufemismos y, por supuesto, con emoción, intriga, sorpresa y alegría de saber, transmitiendo una pasión contagiosa y convirtiéndonos en su referente». Y es que, como explica en su prólogo, «la ciencia se nos presenta muchas veces como un ente complejo, separado del mundo, elevado sobre él, como un ser inmutable que observa serio desde su trono de piedra, hierático, incólume. Pero la ciencia no es eso. La ciencia es veraz, es evidente, es real, pero puede ser contada con un cuento; debe ser contada en un cuento. La ciencia está en todos y en todo, y debe llegar a todos y a todo.»

De izquierda a derecha: José Antonio Sacristán (Director de la Fundación Lilly), Laura Ibáñez-Tejero (Oceanógrafa. Instituto Español de Oceanografía. Autora del cuento Copep-mar y el globo verde), Bárbara de Aymerich (Profesora de Didáctica de las Ciencias. Universidad de Burgos. Directora de la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiciencia. Autora del prólogo Ciéncia-me un cuento), Carmen Noguero Galilea (Directora del Instituto Cervantes), Isabel Peset (co-fundadora del concurso Ciéncia-me un cuento) y Enrique Royuela (Doctor en Microbiología, Fisiología y Genética. Fundador, director y editor de Principia. Jurado concurso Ciéncia-me un cuento 2018). Créditos de Imagen: Gabinete de prensa de Fundación Lilly.

Narrativa e ilustración como herramientas didácticas

Las ilustraciones y la narrativa son fundamentales para todo tipo de cuento ilustrativo dirigido a cualquier lector infantil. Según Enrique Royuela, ambos aspectos son elementos esenciales de la comunicación, no un mero ornamento. «No se trata de que las ilustraciones acompañen bien al texto y queden bonitas, sino de que de un vistazo quien se acerque a la lectura y vea la ilustración pueda tener una noción de la tremenda aventura que le espera. No se ilustra lo que nos parece más bonito, sino aquello que representa la esencia de lo que se quiere contar y, por eso, forma parte de la comunicación».

Todos los cuentos se han ido renovando con el tiempo, incluyendo aportaciones nuevas con respecto a la sociedad, aunque la forma siempre haya sido similar. Al respecto, Laura Ibáñez-Tejero añade que las ilustraciones ayudan a sustentar el contenido científico del texto clarificando hechos, experimentos o fenómenos científicos que se describen en los cuentos. Las ilustraciones de los libros científicos permiten ampliar, enriquecer y estimular el conocimiento visual y la percepción de las cosas, es decir, ayudan a los niños en la comprensión del texto con una lectura entretenida».

Por su parte, Bárbara de Aymerich resalta del libro que «el lenguaje amable, entusiasta, colorista, dinámico, ameno, sutil y hermoso de los cuentos es un arma poderosa para conseguirlo. Cada una de estas páginas está impregnada de curiosidad, investigación y capital científico; pero sin perder la frescura, la universalidad, la empatía y las ganas de más que precisa la divulgación infantil significativa».

Ciencia-me un cuento, un proyecto de muchos con un único objetivo

«Este libro es el resultado de la gran labor de divulgación científica para los más pequeños que realiza CERU con su concurso Ciencia-me un Cuento. Los relatos recopilados acercan la ciencia en todas sus vertientes a los niños, transmitiéndoles tanto conocimientos como la ilusión y pasión que experimentamos los científicos y académicos del área. Personalmente, ha sido un absoluto placer poder contribuir a las ilustraciones de estos cuentos y así poder ayudar a transmitir los mensajes y emociones de estas historias de una manera dinámica y familiar a la futura generación», afirma Helena Rodríguez Caro, una de las ilustradoras del libro Ciencia-me un Cuento.

El concurso nació con el objetivo de promover la escritura como herramienta de divulgación científica para que los más pequeños se acerquen a la ciencia a través de un medio tan familiar como son los cuentos, incentivando así su imaginación no solamente con historias de fieros dragones y bellas princesas, sino también con osados experimentos e increíbles descubrimientos.

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