Desde comida y combustible hasta significado ritual y religioso, los humanos usan decenas de miles de plantas en todo el mundo. No obstante, y a pesar de su importancia, las plantas a menudo se ignoran en la planificación de la conservación, con 2 de cada 5 especies en peligro de extinción [1].
Colombia tiene una increíble riqueza de diversidad biológica y cultural, ocupando el segundo lugar en el mundo por la cantidad de especies que alberga. Sin embargo, el país está marcado por una gran desigualdad social, pobreza rural y altas tasas de pérdida de biodiversidad. Esto afecta tanto a la vida silvestre como a las personas.
A lo largo de las últimas décadas, el concepto de «sostenibilidad a través del uso» se ha hecho más visible en nuestro idea, ya que engloba la idea de que el uso de recursos naturales, como las plantas silvestres, puede incentivar la conservación de la biodiversidad. Tras años de conflicto interno, se ha propuesto utilizar este enfoque para apoyar el desarrollo de la bioeconomía de Colombia. Una economía “que gestione de forma eficiente y sostenible la biodiversidad y la biomasa para generar nuevos productos, procesos y servicios de valor añadido” [2].
Sin embargo, nuestro estudio llevado a cabo en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia muestra que “la cosecha insostenible y la pérdida de especies de plantas silvestres útiles surgieron repetidamente» [3]. Además, Colombia tuvo el mayor porcentaje de estudios con resultados insostenibles.
¿Qué sabemos entonces sobre el estado de las plantas útiles de Colombia? ¿Y cómo podemos conservarlas para habilitar su potencial antes de que sea demasiado tarde?
En Colombia, existen cerca de 6.000 especies de plantas nativas con usos conocidos, clasificadas en 10 categorías de uso (véase Figura 1). De éstas, 294 especies están en peligro de extinción, es decir, están catalogadas en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) o en las «Listas Rojas» nacionales de Colombia como vulnerables, en peligro, en peligro crítico o extinguidas en estado salvaje [4]. Aunque puede parecer una proporción pequeña, el 45% de las especies de plantas nativas útiles en Colombia nunca han sido evaluadas, así que no tenemos ninguna manera de clasificarlas. Hay que tener en cuenta que las evaluaciones de extinción a menudo forman la base de la política, la planificación y la acción de conservación a nivel nacional y mundial, así que éste es un tema muy importante a tratar.
A pesar de todo, la Lista Roja es solo una forma de conocimiento sobre el estado de las plantas útiles. Si bien la conservación se ha centrado tradicionalmente en métodos científicos, nuestro estudio destacó la necesidad de una mayor colaboración. La importancia de trabajar con las comunidades para los enfoques de abajo hacia arriba fue clara: los usuarios locales e indígenas suelen tener un conocimiento profundo de las especies que utilizan y sus hábitats.
La combinación de diferentes sistemas de conocimiento, sin embargo, no siempre es sencilla: hay muchos puntos de partida potenciales. Como parte del proyecto Plantas y Hongos Útiles de Colombia (UPFC, por sus siglas en ingéls) [5], los investigadores trabajaron con la población local para identificar 10 especies útiles prioritarias en cada uno de los tres municipios de estudio en el país [6].
Talleres recientes investigaron tendencias en estas especies (véase Figura 2). En el municipio de Otanche, Boyacá, la mayoría de las 10 especies priorizadas no cuentan con evaluaciones de riesgo de extinción. No obstante, a través de ejercicios participativos y discusiones grupales, se reveló que la sápiras (Vasconcellea cauliflora), una planta cuyas hojas se usan como verdura verde y cuyas frutas se cosechan para postres, ha experimentado una fuerte disminución a nivel local en las últimas dos décadas (véase Figure 3). Esta situación estaba relacionada con la limpieza del hábitat para el ganado. Por el contrario, sacha inchi (Plukenetia volubilis), también conocida como la nuez del inca, ha aumentado tanto en uso como en abundancia tras promoverse su cultivo por un proyecto externo.
Para que los enfoques de sostenibilidad a través del uso tengan éxito, es crucial considerar tanto el contexto local como las evaluaciones globales y nacionales. Para comenzar a comprender la amplia gama de temas relevantes, la participación de la población local y la coproducción de conocimiento entre disciplinas es vital. Solamente mediante colaboraciones es posible encontrar soluciones sostenibles a largo plazo para preservar la biodiversidad, al mismo tiempo que se reconocen las dimensiones humanas de la conservación.
Por Laura Kor, @laurabkor. Estudiante de doctorado, NERC DTP de Londres (King’s College London, Royal Botanic Gardens en Kew, UCL).
Más información:
- Antonelli et al., 2020.
- Departamento Nacional de Planeación, 2018. Política de Crecimiento Verde Documento CONPES 3934. Disponible aquí.
- Kor et al., 2021.
- Kor et al., 2022 (en prensa, capítulo en «Useful Plants of Colombia»). Ver el proyecto aquí, aunque también se encuentra el enlace en la siguiente cita.
- Información sobre el proyecto titulado «The useful plants of Colombia». Disponible aquí.
- Quiñones-Hoyos, et al., 2022.
- Cook, 1995.